Gasolina solar

Gasolina solar

diario.mx

El aumento de los costos en los precios de gasolina, gas y electricidad representa un reto mucho mayor e inmediato que la renegociación del TLC y el muro fronterizo. El problema fundamental es que estamos “condenados” a seguir importando gasolina y gas de Estados Unidos, con el agravante de que nuestra principal forma de producir electricidad es a través del gas de importación, de esta manera, la energía necesaria para cualquier tipo de producción y desarrollo en México depende de Estados Unidos.

Hace más de diez años realicé una investigación que mostraba el declive de las reservas petroleras de México, por lo que era imprescindible iniciar el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas para no afectar el desarrollo del país, algunos años después, en otra investigación para identificar la infraestructura energética de los estados del norte, presenté datos de nuestra dependencia energética en esta región.

La producción de energía eléctrica en México depende desde hace años de la importación de gas, y en el caso de combustibles tanto diésel como gasolina, los datos mostraban ya desde entonces que el norte del país consumía gasolina importada desde Estados Unidos, excepto una zona de Tamaulipas. A pesar de la contundencia de estos datos, incomprensiblemente, el gobierno mexicano no impulsó el cambio de opciones energéticas, ya que en su planeación de largo plazo se sigue apostando por la importación de gas y gasolinas.

Los proyectos de construcción de refinerías se han cancelado entre otras cosas porque la producción es más barata en instalaciones norteamericanas, y en el caso del gas, el gobierno se ha dedicado a construir infraestructura para importación, tanto puertos para importación de gas líquido, como los gasoductos para importación desde Estados Unidos.

Es tan clara –y tan equivocada– la estrategia, que en el Programa Nacional de Infraestructura de este sexenio, casi la mitad de toda la inversión se programó para construcción de instalaciones de gasoductos. En la misma década, países como Alemania y España, han reducido significativamente su dependencia de importación de gas, e incluso de energía nuclear en el caso de Alemania, a favor de la producción de energía solar, reduciendo sus costos y su generación de gases de efecto invernadero.

El mismo camino ha seguido China al desarrollar su potencial de producción de energía solar e hidráulica. Incluso nuestros vecinos petroleros de Texas, han optado por el desarrollo de energías alternativas, tanto solar como eólica, en este rubro, son los principales productores de energía de viento en Estados Unidos, ellos que son principales productores mundiales de petróleo, de gas  y de gasolina (estos últimos dos además los venden a México), trabajan ya en la generación de energía más barata y limpia.

La instalación de paneles solares en una pequeña superficie del estado de Chihuahua podría generar toda la energía eléctrica que requiere el país, reduciendo las emisiones contaminantes y dándonos independencia energética respecto a las naciones de quienes hoy tenemos que importar gas, particularmente Estados Unidos, la evidencia de su viabilidad está dada por dos parques solares recién construidos en el estado.

El parque solar Los Santos sobre la carretera Juárez-Chihuahua a la altura de Moctezuma, es una inversión privada que genera la electricidad que consumen todos los campus de la Universidad La Salle en el país, a un costo menor respecto al que ofrece la Comisión Federal de Electricidad, el otro parque solar apenas construido por Iberdrola en Camargo, le va a vender energía a CFE más barata de la que la paraestatal produce con gas.

No hay gasolina solar, pero la realidad de los carros eléctricos que pronto empezarán a producirse en México, debería motivar aún más la producción de energía eléctrica limpia y barata utilizando el sol.

Mientras se discute por el pago o no del muro fronterizo, la realidad es que la miopía e ineptitud del gobierno federal en materia de infraestructura energética nos obliga a pagar a diario por combustibles indispensables para trabajar, en la medida en que desarrollemos nuestra capacidad de producción energética renovable: eólica, hidráulica y solar tendremos mejores posibilidades de desarrollo innovador, productivo y limpio.