20/11/17

Flores que acaparan energía

Flores que acaparan energía

Flores que acaparan energía

El concesionario Renault de Lejona adquiere el primer «Smartflower POP» del País Vasco

abc.es

Apenas 13 años bastaron para que el grueso de la ciudadanía de Nueva York reemplazara el carruaje por el coche de motor. Una transformación que tuvo lugar a comienzos del siglo XX y que el director comercial de Leioa Berri Auto, Juan Ramón Merodio, pone como ejemplo de la rapidez con la que la sociedad es capaz de asimilar e interiorizar las nuevas tecnologías. La evolución no se detiene, y hoy son los vehículos eléctricos los que amenazan con apoderarse de las carreteras de todo el planeta. Algo de lo que es consciente la planta vizcaína de Renault, que recientemente ha instalado el primer «Smartflower POP» o «girasol fotovoltaico» del País Vasco para recargar sus automóviles y proporcionar energía renovable a sus instalaciones.

Se trata, a grandes rasgos, de un sistema de paneles solares inspirado en el movimiento de los girasoles, lo cual le permite mantener una posición constante de 90 grados con respecto al sol. Según los datos facilitados por su desarrolladora, la compañía austriaca «Smartflower», el ingenio genera hasta un 40% más de energía que las placas estáticas, lo que se traduce en 6.200 Kw al año. Es decir, 2.200 más de lo que precisa una vivienda media unifamiliar.


Electricidad verde

Toda una central de energía que ha sido instalada por primera vez en el País Vasco. En concreto, el panel se encuentra en el concesionario de Renault Dacia del municipio vizcaíno de Lejona, cuyos responsables alegan que no solo proporciona «electricidad verde» a los coches eléctricos de sus clientes, sino que también abastece al conjunto de las instalaciones de forma «completamente automática».

En este sentido, el propio Merodio explica que la decisión de instalar un «Smartflower POP» nace como respuesta a las reticencias de aquellas personas que se acercaban al concesionario «y que se mostraban preocupadas por el impacto medioambiental de las recargas». Su escepticismo, añade, se mantenía después de ver las placas solares: «Nos decían que no tenían tantos metros de tejado, que requieren de una instalación compleja y mucho mantenimiento o que afearían la estética de sus casas», afirma el director de ventas de Leioa Berri. El nuevo sistema parte con el objetivo de «evitar todo este tipo de inconvenientes» y, al mismo tiempo, «proporcionar el máximo de energía limpia».

Un fin significativo en un país que, en palabras de Julio Matilla, director general de Smartflower en España, va camino de incumplir sus compromisos medioambientales fijados para el año 2020. En esta línea, destaca que el sistema de la firma austriaca podría impulsar la energía limpia no solo porque los 14.000 euros que cuesta se pueden amortizar en pocos años, sino también por su capacidad de generar electricidad de forma más rápida y eficiente que las placas solares actuales.

El objetivo de la compañía no es solo el de impulsar su tecnología entre particulares, sino también el de alcanzar acuerdos con ayuntamientos para proveer de energía limpia a los usuarios de vehículos eléctricos. De hecho, ya se han producido los primeros contactos con el Consorcio de Bilbao al respecto, si bien aún es pronto para aventurar posibles proyectos.


Maleable

Los impulsores de la terminal hacen hincapié en las escuetas dimensiones de la misma, lo cual les permite trasladarla con facilidad en caso de necesidad. En concreto, el «POP» posee una altura de 2,65 metros y 18 metros cuadrados de paneles solares móviles. La clave reside en su sistema biaxial, que facilita el movimiento de las placas. Estas cuentan con un sistema de retroventilación, algo que, según la compañía, incrementa entre un 5 y un 10% su rendimiento respecto al de otras instalaciones. Asimismo, con el fin de evitar posibles daños, el aparato se pliega cuando detecta vientos superiores a 54 kilómetros por hora.

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