14/2/17

La primera carretera hecha con paneles solares ya es real



La primera carretera hecha con paneles solares ya es real

La primera carretera abierta al público hecha con paneles solares ya es una realidad. Ha sido Francia la que se ha anticipado y, aunque es una idea excelente, ha recibido algunas críticas por elegir una zona con pocas horas de sol para este primer tramo.


autocasion.com

Lo cierto es que la idea es buena pero no tanto como, por ejemplo, una carretera con bobinas que permitiese la recarga por inducción de los coches eléctricos que circulasen sobre ella, lo cual eliminaría el problema de la autonomía de los coches eléctricos, que incluso podrían fabricarse con baterías muy pequeñas y más ligeras al no precisar más autonomía.

Por ahora, este tramo -bautizado como Wattway- es de sólo un kilómetro de longitud y se ha abierto al tráfico en Normandía (concretamente en Tourouvre-au-Perche, una comuna fundada en 2016 en el departamento de Orne, en el noroeste de Francia). La ubicación elegida ha recibido críticas por ser una zona con pocas horas de sol despejado, de momento no se trata de comprobar la productividad energética de estos paneles sino de ver su viabilidad como superficie para el tráfico rodado.


Su rentabilidad es la experimentación

Para muchos es un despilfarro el haber invertido los 5 millones de euros que ha costado este tramo de apenas 1.000 metros que jamás se amortizará si uno sólo se fija en cuánta energía será capaz de producir. Su rentabilidad viene por otro camino y es el del desarrollo de nuevas tecnologías.

Hasta ahora sólo se han realizado trazados experimentales para zonas peatonales y carril bici en los EE.UU. y Holanda, éste que se acaba de inaugurar es el primero que tendrá que soportar tráfico pesado sobre sus células fotovoltaicas.

Gracias a este tramo se podrán estudiar factores fundamentales como su resistencia a la erosión de los neumáticos de vehículos pesados, su adherencia en condiciones climatológicas adversas (para ello se ha diseñado el panel con una superficie rugosa que, en teoría, mejora el agarre frente al asfalto convencional), las posibles averías que puedan surgir o algo tan básico como saber si las posibles reparaciones serán realizables, cómo se comportará en caso de accidente sobre ella, etcétera.

Con un kilómetro de longitud y 2,8 metros de ancho, esta carretera solar tiene una superficie de 2.800 m2 que deberían ser suficientes como para alimentar el alumbrado público de una población de 5.000 habitantes, por ejemplo.

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